Por Darwin Rojas
Hay varias formas de animar a un grupo de trabajo y lograr un ensamblado sólido, emocionante y animado en una sesión de entrenamiento de nuestro DOJO SHOWAKAN.
Hoy el detonante fue una lluvia tempestuosa, típica de las regiones tropicales, previa introducción de truenos y relámpagos.
Tan fácil, tan normal, tan gratificante mojarse, a la vez que nos abrigábamos con el ánimo que otorga el Kihon intenso, realizado desde el corazón y el deseo de dar todo nuestro esfuerzo físico y mental.
La clase planificada se fue adaptando a la necesidad del grupo por buscar más exigencia física, a entender el Karate Do KWF desde la perspectiva natural de desarrollarlo entre los elementos de la naturaleza y a meditarlo en el mismo momento en que se desarrolla en su perspectiva muscular, neuronal, energética y emocional.
Comprimir el cuerpo en el trabajo base de KARATE KWF y expandirlo en una técnica explosiva de entrega total, nos motivó a esforzarnos como grupo y de manera individual.
Fue un momento simple, pero como todo lo simple, ocurrió rápido, irrepetible y grandioso.