"Desde el primer momento en que noté la opción de Karate y defensa personal en las materias electivas, supe que era una necesidad física. Mi dedo se movió automáticamente y antes de siquiera darme cuenta ya había pulsado el click en el cuadrito azul de la computadora. "De por sí, el Karate-Do siempre ha sido algo importante en mi vida; sin embargo, no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar a continuación.
Al inicio del trimestre, empecé esta clase con dudas, quizá un poco de nervios y muchas expectativas. De más está decir que se vieron cumplidas con creces y que mis sentimientos de incertidumbre se desvanecieron en cuanto nuestro Sensei, Darwin Rojas, nos habló por primera vez. No hizo falta que hiciera ni un solo movimiento “increíble” o marcial, el mero hecho de que nos inculcara a todos un método de pensamiento inspirado en el arte que practicábamos fue más que suficiente para comprender que había tomado la decisión correcta. Pues, como bien nos fue enseñado, esta materia, este arte, esta filosofía que simboliza el Karate, es una herramienta sumamente poderosa, no sólo por su preparación física, sino por el componente mental y cultural que posee, y ese es un enfoque que yo había estado esperando mucho tiempo para profundizar.
Cada clase te inspira, aunque también te haga sentir inexperto, torpe, incontrolado y ¿por qué no decirlo? Ignorante. Mas eso sólo te hace sentir con más ganas de aprender, porque anhelas por sobre todas las cosas esa sensación tan completa y maravillosa que es realizar un movimiento, no sólo a nivel físico, sino comprendiendo toda la connotación que lleva inmersa.
En mi caso, mis experiencias antiguas con este deporte habían tocado otros aspectos…pero ahora me di cuenta de que acabo de hallar el componente perdido, aquello que me hacía falta, y aunque nunca antes me había sentido tan inmadura y novata, estoy segura de que esta materia me ayudó a encarrilarme en una formación más completa, y ¿quién sabe? Lo más seguro es que hasta en una mejor forma de vida...
En fin, me siento bastante afortunada de haber podido compartir esta experiencia con tantas personas tan espectaculares, con distintas disciplinas, costumbres y opiniones. Y, de todo corazón, espero que esta magnífica sensación de revelación le llegue a muchos más estudiantes.
Sensei, compañeros, muchas gracias por este trimestre tan entretenido y espectacular.
Karem Calderón.
Estudiante de Ingeniería de Sistemas.
Universidad Metropolitana
