El karateca de oficio sabe que el espíritu mueve cada parte del cuerpo y comprueba en el entrenamiento este dialogo.
Hay clases diferentes, hay clases especiales.... la del pasado jueves 23 de septiembre fue una clase singular. Así la percibimos todos quienes la construimos, todos quienes crecimos en su desarrollo y emoción.
Esta fue una clase de espíritu, fue una clase que recordaremos.